Me cuenta mi amigo Tito, que ayer tuvo una de las impresiones más grandes que se puede tener en la vida de un cazador. Estando de montería, se le pasó un Lobo por delante del puesto. Es más, se paró y se le quedó mirando. Como ocurre en la gran mayoría de los casos, aprovechan la vacilación del cazador que se queda dudando de si lo que tiene ante sí, con el rabo entre las patas, es un perro o qué. Cuando salió de la duda (unos 3 segundos después) y quiso echarle el canuto, despareció entre el monte sin dar tiempo siquiera a meterlo en la cruz.
El simple hecho de haberlo visto, es una imagen que quedará grabada en su retina para toda la vida. Lo digo por experiencia. La visión de un Lobo libre te marca para los restos.
Yo, hace años, tuve el único encuentro que he tenido en mi dilatada vida montera con un Lobo, y lo recuerdo como si fuera ayer. Sé que no se me olvidará mientras viva, y así lo recordé en un artículo que se publicó en la revista Trofeo de Junio pasado.
En honor a Tito y desde Tierras cordobesas, reproduzco aquel artículo donde narraba aquella profunda experiencia.
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Lolo, como sabes, yo también estuve en esa montería, y el solo hecho de oírle contar a Tito, de primera mano, su lance con el Lobo, mereció el haber asistido.
ResponderEliminarYo nunca he tenido ningún encuentro directo con un Lobo. Sí sé que me pasó uno al lado del puesto y que no vi. Me lo dijo el del puesto contiguo al finalizar la montería. Aquello sucedió en Soria hace cuatro o cinco años. Es la vez que más cerca he tenido uno... y lo supe a toro pasado. Aún así, recuerdo que se me erizó el vello cuando mi compañero de puesto me lo contó. Toda una experiencia. Gracias por el artículo.
Lolo agradezco enormemente que me dediques este articulo y por supuesto que para mi es un honor que te agradezco.
ResponderEliminarCon respecto al lance te diré que eran las 3 de la tarde, lo se porque acababa de ver el reloj y pensar ¿Cuanto tarda el postor en venirnos a recoger? Y en eso que miro al barranquete que tenia enfrente veo aparecer un perro, que me creía yo, pero me acordaba de lo que me dijo mis postor:
"Los perros se sueltan detrás de tu puesto y ya no los vuelves a ver en toda la montería".
Y así fue, el bicho en cuestión era mucho mas grande para ser un zorro y además tenia la cola entre las nalgas, color grisáceo y encima se me para me quito las gafas de sol y levanto mi Weatherby y le enchufo el zeiss con solo 2 aumentos pero suficiente para comprobar que es un LOBO en eso el animal se embosca, intento seguir su trayectoria por si sale a algún clarete que tengo hacia mi derecha y nada se ha desvanecido.
Empiezo a darme cuenta del lance y me llamo a mi mismo de todo menos bonito, por no haber estado atento, pero aun así reconozco que es la hora justo de retirarse y que el bicho se ha movido cuando ha visto ala gente retirarse ya que a los pocos minutos veo bajar mi armada hacia mi postura, lastima de lance aun así soy un poco escéptico en lo que he visto y cuando llego al pueblo tomándome una cervecita, comento el lance a los del pueblo y uno de los que cazan con nosotros y pastor para mas señas me indica que hace dos días ha encontrado dos ovejas medio comidas, por algún animal, con lo cual me digo ya esta Tito lo que has visto no ha sido un espejismo ha sido un Lobo y te ha robado la cartera, que listos son estos bichos.
Jobar, Tito, te leo y me parece estar escuchando las discusión de mis dos tíos, Andrés y Beni, tras montear Casas Rubias allá por los primeros '80. Se daba la mancha de Plaza de Armas y uno de los 2 sacó un paso magnifico, en la traviesa del mismo nombre, de modo que como eramos íntimos de Pepín Molina, el orgaqnizador, decidieron irse juntos. Aquel día yo era postor y capitán de armada del cierre de Nevalo-Posteruelos, de modo que llegué casi de noche y ni te imaginas la que aun tenían formada echándose mutuamente las culpas.
ResponderEliminarResulta que cuando estaban para quitarse (como tú) y ya oian las caballerías acercarse - aquello está donde las aguilas y solo se puede subir en mulos - cuando ven un bicho que se escabuye entre el monte. Beni va y suelta: Mira que perro más raro; y mi tío Andrés, que lo cala rápido, responde: ¡Que no, coño, que es un LOBO, tiralo! Y el otro: ¡Que no, que es un mastín verdino! Total, que si si que si no el bicho se fue sin tirar y según cuentan no les entro ni dificil. Vamos, lo de galgos o podencos.
Solo hay una cosa cierta e irrefutable: No pasó ni un mes cuando otro buen amigo, Rafa Prado, mató el último lobo legal de la sierra cordobesa en la mancha de Monederos, a 4 0 5 km en linea recta. Resultó un orazo y aun figura en las listas de los más grandes homologados por la JNHTC. Lo tiene naturalizado de cuerpo entero en su casa de Los Membrillos y yo lo he visto decenas de veces.
Tiene gracia que esta anécdota no esté contada en ninguno de los dos libros que tengo terminados ni en artículo alguno, porque como a mi me ha pasado de to en el campo, se me ha ido diluyendo en la memoría. De modo que es una primicia. Ya leerás, con el tiempo, otra cosa más grande que una catedral que me pasó en el cierre de Puerto Deseado, en Valdelosdoblaos, y que va de corzos....donde no los hay.
En fin, termino que esto es un códice y habrá que decirselo a los del foro para que lo lean, pero no sin antes decirte que el año pasado estaba invitado a León, en febrero, a un par de batidas con permiso para lobo.... y cayó tal nevada que se suspendieron sin tiempo para reubicarlos. ¡"Mardita" sea mi sombra!
Un abrazo, Tito. Lolo