Una vez más tengo que disculparme por lo poco pródigo que me he mostrado últimamente. Una temporada sobrecargada al final -¡Que gozada!- y que terminó el fin de semana del 16 y 17 en Serpa, Portugal, me han traído a malparir. Ya os contaré de esos días porque la cosa tuvo "tres días con pasado mañana", pero solo sabed que media un cochino excepcional del que veréis las fotos y conoceréis su historia cuando lo publique en Trofeo.
Pero dejémonos de tonteras y vamos con mi ciberamigo, el vallisoletano Diego Corral, y su rececho inolvidable tras el duende del bosque: Nuestro escurridizo y siempre sorpresivo corzo.
Personalmente su relato, escrito a trallazos cual tiros de rifle, me ha recordado algo que no por sabido conviene olvidar: La perseverancia y la fe, por muy negras que se vean las cosas, son la madre de éxito en cualquier cacería de verdad; que la suerte siempre acompaña a los mismos y por algo será. No sé, pero siempre recuerdo lo que me dijo mi tío Beni cuando le alabé, siendo su secretario aun, un lance que me supo a magia porque pareció intuir al marrano:
- Niño, al saber estar le llaman suerte. ¡Ahí queda eso!
Sin más os dejo con el relato de Diego, pues yo no merezco más protagonismo que el de brindarle este espacio.
Para acceder al original del autor solo tienes que pinchar AQUÍ.
Un abrazo y besos para las señoras
Lolo Mialdea.
Fdo: Diego Corral
Muy buen corzo felicidades!!!!
ResponderEliminarExcelente corço, muito bonito e uma descrição da jornada de caça muito empolgante e com muita paixão. Obrigado por compartir com todos os apaixonados pela caça ao corço, e sorte para as próximas jornadas. Felicidades.
ResponderEliminarBuena entrada, Lolo. Como siempre. Un abrazo
ResponderEliminarLolo, felicidades por este precioso corzo!
ResponderEliminarNo es mío, Luciano, si no de Diego Corral, de Valladolid, a cuya pluma abrí sitio en mi blog tal y como acostumbro.
EliminarUn abrazo, Lolo
Asco y vergüenza.
ResponderEliminarla caza no es un deporte, es un acto criminal!!!
Mi nombre es Silvia Porciani
Estimada Silvia:Con todo mi respeto hacia tu postura (Quizás ahí radique la diferencia entre nuestras dos "facciones": El respeto)
EliminarY por supuesto que la caza no es un deporte - aunque implique realizar esfuerzos de nivel increible - es un arte. Un arte que se remonta a la noche de nuestra atávica memoria, cosa que muchos han olvidado.
Quizás, y es mi opinión, a las cacerías de TUS antepasados, debas la existencia de la especie a la que perteneces: "Homo Sapiens asfalticus", que se caracteriza, y vuelve a ser mi opinión, por hablar (o escribir) con el corazón en lugar de con el cerebro.
Recibe un cordial saludo de un cazador orgulloso de serlo, pero muy cansado de dar la replica a quienes ni conocen el campo