EL LOBO Y LA
SENSIBILIDAD QUE DESPIERTA.
Lolo Mialdea Lozano
¡El lobo! A su simple
mención se despiertan en el común de los mortales sentimientos atávicos y
contradictorios. Es animal admirado y odiado por igual. Taimado, sanguinario,
admirable, demoníaco, protegible…mil son las ideas – más o menos preconcebidas
– que nos despierta. Lo cierto es que su aullido nos pone el pelo de punta y su
simple presencia – que diría Juan Lobón – nos puede poner el cuerpo al revés.
El decía que se alobaba porque el “jusmo” le entraba por los blandos de la
herida que le dejó un viejo cochino.
Vaya por delante que lo he podido matar y en zona tan delicada como la
mancha del Los Rasos de las Cabezas a pocos km del Guadalquivir cordobés allá
por el año 2000. No lo tiré por puro instinto de lo bueno y lo malo, pudiendo
en mi la faceta de ecologista, pues los buenos cazadores lo somos, y más que
nadie. También los oí muchos años antes, quizás en el ’75, en los barrancos de La Onza, y se me corto la
respiración. Otrosí digo que si me surgiera la oportunidad de cobrarlo allá
donde su caza es legal, no lo dudaría ni un instante e iría a por él, más no
entraré hoy en sus limites legales de caza ni si convendría ampliarlos o
incluso reforzar poblaciones en serio peligro o, llegado el extremo, repoblar
donde los hubo y se acabaron, por ejemplo en las Sierras de Cazorla.
Pues es en este ambiente cuando publiqué un
vídeo, quizás demasiado descarnado pues se prolongaba en una agonía nada
agradable, en la página de Facebook de la cual soy coadministrador MONTEROS (https://www.facebook.com/monterosandaluces?ref=hl).
Repito que debí cortar los últimos segundo de la película más mis limitaciones cibernéticas
no me dejaron y lo colgué tal cual me llego. Al margen de cualquier cosa su interés
es innegable y el lance – al aguardo supongo – muy interesante. Lo que no podía
suponer, hablando en “Román paladino”,
es el follón que se iba a organizar. Jamás había visto tal nivel de disensión
entre compañeros cazadores, que iba desde el insulto puro y duro, a opiniones
muy poco halagüeñas para el futuro de nuestro cánido ibérico. El resultado a
día de hoy son las 13.464 visitas que tubo, a las que habría que añadir otros
muchos miles en las sucesivas entradas que sobre el tema se vertieron.
Todo ello me
llevó a reflexionar sobre el tema y les cuento las conclusiones a las que
llegué, más tened en cuenta que escribe un montero, y no un filósofo o
sociólogo.
En primer
lugar comprobé que, salvo excepciones no poco significativas, las respuestas se
dividían claramente según se fuera cazador de mayor o de menor, y del mismo
modo, según el lugar de residencia de quien comentaba sobre el tema.
Está claro que
un cazador leonés, por ejemplo, que ha visto las razzias lobunas en ganados
propios o ajenos, no tendrá demasiados escrúpulos al respecto. Esto esta más
claro que el agua y no merece comentarse más.
Por otro lado,
el montero, que ha visto venados, cochinos, gamos o muflones, agonizar bajo sus
tiros o en un agarre, hecho este perfectamente normal y concomitante, no verá con tanta repulsión el hecho de que sea el lobo el que sufre, por más que no le
resulte agradable. No, no puede ser lo mismo para aquel que ha visto caer esos
lagrimones que destilan los ojos de los venados en su postrera angustia, así
como tampoco para el que haya oído el gamitar de la cierva agarrada o el
chillido desgarrador de la marrana apresada.
Sin embargo,
al cazador de menor exclusivamente, dado que sus presas no resultan de rasgos
expresivos al estar heridos, es lógico que le resulte en extremo desagradable,
gratuito y contra natura, el hecho que para sus compañeros es normal. Desde
aquí quiero disculparme ante estos compañeros si les herí.
Más hay un último
tema sobre el que he reflexionado y la conclusión a la que he llegado se me
antoja tan simple como comprensible, y para colmo se da en grado superlativo en
los cazadores de escopeta y perro, para los que este es como un hijo con el que
convive a menudo en su propio hogar. ¡Claro está que el lobo no deja de ser un
perro salvaje, y toda su panoplia de gestos nos recordarán a los de nuestros
compañeros de andanzas tras perdices y conejos! Debe de ser terrible imaginar a
su can con un tiro en el codillo exhalando sus últimos quejidos y mostrando ese
gesto tremendo que se produce ante la muerte.
Para terminar
también he pensado en los perreros y rehaleros, y en tantos monteros a los que
nos gusta sobremanera tirar de cuchillo en el lance más superlativo que nos
ofrece nuestra montería española. Todos – o casi todos – matamos rápida y
enérgicamente para evitar el sufrimiento del animal prendido por la jauría,
pero a ninguno de estos personajes he oído quejarse por el vídeo de marras. ¿No
será porque viven tales lances rodeados de sus perros y que estos resultan
heridos o muertos a menudo? Ellos viven esa agonía tan a menudo que la
encuentran normal aunque se les parta el alma ante cada tragedia sufrida por
uno de sus auxiliares apuñalados en el cumplimiento de su deber. Le confesaré
algo: Como uno ha hecho de todo en este mundo de la cacería y ha tenido rehala
entrando a menudo a batir con ellos, he vivido en primera persona lo que mas
arriba cito, y no puedo negar que he llorado en el monte abrazado a mi Turco o
mi Campi, muertos en mis brazos, o mientas les lavaba las tripas con vino,
sucias de tierra y hojas, antes de metérselas y malcoserlos en una primera cura.
Les ponía penicilina y los llevaba a hombros al camión, de modo que nadie ose
decirme que no se de lo que hablo. En mi zurrón aun son elementos
imprescindible los avíos de remendar perros, ahora ajenos pero no por ello
menos compañeros.
Si alguno de nuestros
amables lectores está interesado, sepa que he publicado anécdotas e historias muy
ilustrativas ocurridas a personas muy cercanas a mi en mi libro “40 años
monteando narrados en primera persona” o en mi http://lolomialdea.blogspot.com.es/
(Varias entradas), una de las cuales, solo como ejemplo, es: http://lolomialdea.blogspot.com.es/2011/10/marchando-una-de-lobos.html,
publicada primero en trofeo en octubre de 2011.
A mi me
fascina este animal. ¿Y a ti?
Lolo Mialdea
Córdoba a 22 de abril de 2014
Lolo, un placer leer tus reflexiones. No sé, por qué te aflijes. La historia, historia es y nada, ni nadie, puede arrinconarla o negarla. Un vídeo duro, sí, pero así es y el "puritano" que no quiera verlo, que no lo vea. A mí, hay cosas que no me gustan, pero si están dentro de la legalidad, me callo, respeto y punto pelota. El lobo, fué, es y será mi pasión. Y si, legalmente puedo abatirlo, qué problema hay. Una reflexión, cómo sigamos "bajándonos los pantalones", estamos en peligro de extinción. Una recomendación, el que tenga joyas de armas, que vaya vendiéndolas antes que no las quiten. Y por último, un gran artículo y, sin duda, como cordobés de bien, eres un Califa de la caza.
ResponderEliminarMi apoyo más incondicional, señor.
Un fuerte abrazo, Lolo.
Por lo que a mi toca, ¡Que razón llevas!, y por lo de Califa....¡Tas pasao!, querido Juan
Eliminaramigo con todo mis respetos , yo siempre e respetado, los comentarios de cada uno, y creo que así debe de ser sin duda, en este mudo y en los campos y montañas tiene que existir de todo antes lo había con todas sus consecuencias, con sus ventajas y desventajas , pero era una cadena de unos a otros, sin fallos si no toda una perfección, no son los lobos ni otros animales, los dañinos , si no la humanidad que a roto todo su ciclo , naturistas por meterse donde no debieran, cazadores por no respetar lo que debieran, ciudadanos con sus construcciones mal echas y en cualquier lado, carreteras mal construidas sin pesar en los animales ni sus pasos, y otras muchas cosas , culpables quien todos amigo, todos, luego ocurren estas cosas , pero el culpable mayor la humanidad
ResponderEliminarentera sin duda amigo, y respeto mucho toda tu opinión sin duda amigo un
abrazo compañero
Te respeto de todo corazón, anónimo, y comparto mucho de lo que dices. ¿A donde vamos? Miedo me da.
EliminarLolo; es evidente la sensibilidad y consideración que tienes al tratar el tema. Y generosidad por exponerlo abierto a cualquier opinión.
ResponderEliminarPor mi parte solo añadir lo siguiente:
La supervivencia del lobo (como la de otras tantas especies), está estrictamente sujeta ahora a la sociedad actual, y nuestra sociedad occidental, con todo lo bueno que tiene, le falta mucho para estar a bien con la Naturaleza.
El dominio de 'lo politicamente correcto' impide ver la realidad de la caza, y la juzga con gazmoñeria, mientras no se ven los enormes daños que se hacen al medio natural cada día. Casi nadie sabe o atiende hoy a la enorme devastación de los mares (eso si que es un problema gravísimo).
Que un lobo o un lince puedan vivir hoy en Sierra Morena protegidos por la Ley es un avance indudable, y un merito que la Administración ha logrado por mandato de los ciudadanos (y herencia de las enseñanzas de Rodriguez de la Fuente).
Pero las polemicas y conflictos por la convivencia entre ganaderos y lobos, es una prueba en miniatura pequeñísima de los retos globales que la raza humana tiene con su propio planeta.
Un abrazo
Nada que añadir, Andrés. Lo has bordado. Un abrazo.
EliminarBonito, cuidado y expuesto con respeto. Nunca llueve a gusto de todos, amigo mío, así que líate la manta a la cabeza y continúa que tu huella va quedando; y la prueba está clara: 13.464 visitas tras publicarlo en el Blog; donde unos habrán estado a favor y otros en contra pero, como muy acertadamente escribí -y en lo que me ratifico- en el Preámbulo de tu libro... a nadie has dejado indiferente.
ResponderEliminarUn abrazo
Lolo, una gran reflexion. Sabemos lo que es la caza y todo lo que ello conlleva. Yo tambien soy perrero y como tu tambien he visto perros morir en los lances.
ResponderEliminares lo que hay, por mucho que los quieras y los aprecies.
El que no se encuentra con ello no lo sabe. Sigue asi, y si en Catalunya hubiera lobos y se permitiera cazarlos, yo seria el primero en ir tras ellos.
Un saludo