Ante todo disculpadme por esta
"larga" ausencia, pero las circunstancias (tristes) y el mucho
montear -¡que no falte!- me han impedido mantener la frecuencia
acostumbrada en mi/nuestro blog.
...Y es que cuando digo tristes no hablo de cualquier disgusto tonto y tópico. Es que resulta que mi tío Andrés, Andrés Mialdea Hidalgo,
un grande de la montería cordobesa; creador de un coto que a base de
sacrificio se ha convertido en un referente para los buenos monteros
como son "Las Mesas", nos ha dejado tras luchar contra un corazón que no
le cabía en el pecho. No puedo por menos que dejar constancia de mi
profundo dolor en esta entrada, pues no solo era mi tío, es que fue mi
medio maestro y ...y yo lo quería con el alma. En su día, y con la perspectiva
que da el tiempo, merecerá, más que nadie, un recordatorio desde este
espacio "cibermontero" ( ¡que "palabro" acabo de inventar, Dios mío"!)
Pero vamos al lío, que hoy es el día de Rubén Toledano y su loba.
El autor de este relato en su entorno natural
He de confesar que en un principio me sorprendió muchísimo que aquella entrada de meses atrás sobre el "Lobo del Valdoguín" -¿ recordáis?- batiera todos los récords de entradas en el Blog. Luego, a
base de reflexionar y dejar vagar mi propio subconsciente, comprendí.
El lobo es, con mucho, el animal más atractivo, mezcla de atavismos,
leyendas y nuestra propia genética, el verdadero "tótem" de nuestra fauna
española. Un servidor, que lo ha tenido en la cruz del canuto sin pensar
siquiera en rozar el gatillo, y los ha oído aullar en lo más perdido de
las sierras de Cardeña y Montoro; evocándolo hoy con la claridad
meridiana de mis recuerdos juveniles que aun me provocan un escalofrío,
cree saber de lo que habla.
Pues en este contexto me sorprendió aun más que un montero experto y curtido como Rubén,
se pusiera en contacto conmigo a través de facebook comentándome cuánto
le había hecho mella el ya citado relato del lobo cántabro, y añadiendo
que él tenía su propia experiencia personal pues poseyó -si eso es
posible en este animal- una loba cuando era niño.
La misiva me echó
el "tarro de pensar" a funcionar y no tardé en invitarlo a que se
lanzara a contarnos su experiencia. No me sorprendió su aceptación: Lo
que si me dejó perplejo es la calidad humana y la tremenda fuerza del
relato que recibí días más tarde.
¡¡Cazando!!
Tengo que deciros, amigos todos,
que muy pocas cosas me hacen -¿como lo diría?... ¿extremecerme?- en lo
tocante al campo y sus alucinantes aconteceres. Pues bien, Rubén y Lobi
consiguieron sorprenderme: He aquí su historia. Si disfrutan solo la
mitad que yo, me doy por más que satisfecho.
Llegados a este punto -pobre introducción de lo que les aguarda- solo tienen que clicar AQUÍ
para acceder a la historia de Lobi y Rubén.
Un fuerte abrazo para todos y besos para la señoras.
Lolo Mialdea
muy bonito relato
ResponderEliminarGracias. Me alegro mucho que te guste.
ResponderEliminarRubén
Precioso relato el de Rubén. Lolo, siento mucho lo de tu tío.
ResponderEliminarRubén, precioso relato. Lolo, lamento lo de tu tío.
ResponderEliminarUn abrazo para todos,
Gracias por lo poco que me toca. El mérito es de Rubén. Y gracias, Juan y Rafa, por acordaros de mi tío Andrés.
ResponderEliminarLolo
Ah: Yo debo estar en el corredor de la muerte porque llevo España demtro de mi corazón. Lo digo por el 1er comentario. Jaja
ResponderEliminarDesde todorehalas te queremos dar nuestro mas sincero pesame, y yo como primera persona (el pana) tambien, un abrazo.
ResponderEliminarAmigo Pana y compañeros de todorehalas: Os agradezco de todo corazón vuestro pésame. Muchas gracias.
ResponderEliminarUn abrazo. Lolo