No esperéis en este rececho grandes cabras monteses, si no más bien una chicuela y con sarna. No esperéis montañas de grandes altitudes, si no farallones desde los que se ve La Mar. No esperéis, por último, a un gran cazador de alta montaña, si no más bien un montero cateto a punto de hacer su sueño realidad. Esperad, eso sí, un día de perros y una fe inquebrantable para conseguir el objetivo que me había marcado, pues hubo un momento en que lo pasé rematadamente mal, y lo dice uno que ha bregado mucho en el monte.
Hace cuatro meses me pidieron desde Trofeo que les narrara un rececho al rey de nuestra fauna, y como no tenía más experiencia que esta, a pesar de estar ya contada en mi libro "40 años monteando narrados en primera persona", con su aquiescencia me puse a ello. He aquí lo que salió.
Un tiro muy largo pero dobló. De saber lo que tenía detrás...
Ojalá lo disfrutéis. Para acceder al escanéo solo tenéis que pinchar AQUÍ
Recibid un abrazo y besos para las señoras
Lolo Mialdea
Interesantísimo artículo el que nos propones este mes. Gracias por compartirlo, Lolo. Un abrazo, amigo mío.
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