Queridos amigos de mi Blog:
Leyendo estos tórridos días del verano cordobés el libro "TRAS LA HUELLA DEL RECUERDO. Memorias de un cazador veterano" (Marques de Valdueza. Madrid 1988) compruebo - como no podía ser de otro modo - que le da una importancia singular al hecho de que pisteemos nuestras propias reses heridas, calificándolo de "un gozo que todo montero completo debería practicar". No entra en los mil vericuetos de la practica del rastreo en si, aunque deja entrever que lo practicó mucho.
Como quiera que al que suscribe le pasa lo mismo y lo he practicado mucho hasta que los años le han cortado los vuelos si el terreno es muy duro y quebrado, y recordando que en su día escribí para TROFEO (Pistear una res. Diciembre 2010) un artículo que abarcaba, dentro de lo que permiten 2000 palabras y mis parcas dotes, los aspectos básicos del mismo desde el punto de vista practico, me he animado a recuperarlo del baúl del tiempo y ofrecéroslo ahora en su formato original.
En fin, que fueraparte de que soy perfectamente consciente de que no saldréis, como yo mismo, hechos unos bosquimanos con hambre que no perderían la pista de un primal herido superficialmente en medio de un secarral, si que estoy seguro de que muchos cazadores jóvenes y ya granaditos - nunca se deja de aprender - extraerán alguna consecuencia de su lectura y que, en el futuro, pueda servirles de mucho en el monte y monteando, recechando o aguardando. Esa es mi esperanza y mi deseo.
Recibid un fuerte abrazo y besos para las señoras.
Lolo Mialdea. Córdoba a 12 de agosto de 2014.
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