Vale, ya sé que es un tema pelín arduo, pero os recomiendo su lectura porque mi enfoque difiere - al menos en las introducciones, y solo en la introducciones, como no podría ser de otro modo – bastante de lo que se lee en los manuales. El espíritu y la letra de las normas C.I.C. son inviolables, pero... ¡demonios!, yo quiero ser un poco más narrador y dejar la cinta métrica y la calculadora para cuando son necesarios.
La totalidad de los trofeos de Caza Mayor Española se terminarán de explicar en una próxima entrega. Perdonadme que este mes os provoque un “lectura interruptus” en los dos artículos... ¡Nacieron así los lechones; Qué le vamos a hacer!
Para terminar un comentario muy cortito: ¡Que nadie se confunda! Ser juez homolagador NO TIENE NADA QUE VER con ser trofeista. Ninguno de mis compañeros antepone el “peaso bicho” a un lance por derecho.
Lolo dixit.
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Efectívamente, Lolo, esto es un poco "coñazo", pero no obstante has sabido imprimirle un sello propio que lo hace... como diría... ¡más ameno!. Desde luego el tema te lo has currado y tiene una ventaja tremenda: se hace ameno y útil para el lector profano (que somos la inmensa mayoría). Yo, desde luego, lo voy a guardar como texto de consulta porque... ¡¡¡¿Quién sabe si esta temporada, por fin, cobro algo digno de ser medido?!!!
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