Manuel Mialdea Lozano
Bienvenido a mi Blog. Un pequeño espacio donde compartir nuestra común afición a la caza y al campo. Gracias por visitarme

viernes, 25 de abril de 2014

EL LOBO Y LOS DIFERENTES SENTIMIENTOS QUE DESPIERTA

           EL LOBO Y LA SENSIBILIDAD QUE DESPIERTA.


                                                                  Lolo Mialdea Lozano
                                                                  lolomialdea@gmail.com


        ¡El lobo! A su simple mención se despiertan en el común de los mortales sentimientos atávicos y contradictorios. Es animal admirado y odiado por igual. Taimado, sanguinario, admirable, demoníaco, protegible…mil son las ideas – más o menos preconcebidas – que nos despierta. Lo cierto es que su aullido nos pone el pelo de punta y su simple presencia – que diría Juan Lobón – nos puede poner el cuerpo al revés. El decía que se alobaba porque el “jusmo” le entraba por los blandos de la herida que le dejó un viejo cochino.




   Vaya por delante que lo he podido matar y en zona tan delicada como la mancha del Los Rasos de las Cabezas a pocos km del Guadalquivir cordobés allá por el año 2000. No lo tiré por puro instinto de lo bueno y lo malo, pudiendo en mi la faceta de ecologista, pues los buenos cazadores lo somos, y más que nadie. También los oí muchos años antes, quizás en el ’75,  en los barrancos de La Onza, y se me corto la respiración. Otrosí digo que si me surgiera la oportunidad de cobrarlo allá donde su caza es legal, no lo dudaría ni un instante e iría a por él, más no entraré hoy en sus limites legales de caza ni si convendría ampliarlos o incluso reforzar poblaciones en serio peligro o, llegado el extremo, repoblar donde los hubo y se acabaron, por ejemplo en las Sierras de Cazorla.
   Pues es en este ambiente cuando publiqué un vídeo, quizás demasiado descarnado pues se prolongaba en una agonía nada agradable, en la página de Facebook de la cual soy coadministrador MONTEROS (https://www.facebook.com/monterosandaluces?ref=hl). Repito que debí cortar los últimos segundo de la película más mis limitaciones cibernéticas no me dejaron y lo colgué tal cual me llego. Al margen de cualquier cosa su interés es innegable y el lance – al aguardo supongo – muy interesante. Lo que no podía suponer, hablando en “Román paladino”, es el follón que se iba a organizar. Jamás había visto tal nivel de disensión entre compañeros cazadores, que iba desde el insulto puro y duro, a opiniones muy poco halagüeñas para el futuro de nuestro cánido ibérico. El resultado a día de hoy son las 13.464 visitas que tubo, a las que habría que añadir otros muchos miles en las sucesivas entradas que sobre el tema se vertieron.
Todo ello me llevó a reflexionar sobre el tema y les cuento las conclusiones a las que llegué, más tened en cuenta que escribe un montero, y no un filósofo o sociólogo.
En primer lugar comprobé que, salvo excepciones no poco significativas, las respuestas se dividían claramente según se fuera cazador de mayor o de menor, y del mismo modo, según el lugar de residencia de quien comentaba sobre el tema.
Está claro que un cazador leonés, por ejemplo, que ha visto las razzias lobunas en ganados propios o ajenos, no tendrá demasiados escrúpulos al respecto. Esto esta más claro que el agua y no merece comentarse más.


Por otro lado, el montero, que ha visto venados, cochinos, gamos o muflones, agonizar bajo sus tiros o en un agarre, hecho este perfectamente normal y concomitante, no verá con tanta repulsión el hecho de que sea el lobo el que sufre, por más que no le resulte agradable. No, no puede ser lo mismo para aquel que ha visto caer esos lagrimones que destilan los ojos de los venados en su postrera angustia, así como tampoco para el que haya oído el gamitar de la cierva agarrada o el chillido desgarrador de la marrana apresada.
Sin embargo, al cazador de menor exclusivamente, dado que sus presas no resultan de rasgos expresivos al estar heridos, es lógico que le resulte en extremo desagradable, gratuito y contra natura, el hecho que para sus compañeros es normal. Desde aquí quiero disculparme ante estos compañeros si les herí.
Más hay un último tema sobre el que he reflexionado y la conclusión a la que he llegado se me antoja tan simple como comprensible, y para colmo se da en grado superlativo en los cazadores de escopeta y perro, para los que este es como un hijo con el que convive a menudo en su propio hogar. ¡Claro está que el lobo no deja de ser un perro salvaje, y toda su panoplia de gestos nos recordarán a los de nuestros compañeros de andanzas tras perdices y conejos! Debe de ser terrible imaginar a su can con un tiro en el codillo exhalando sus últimos quejidos y mostrando ese gesto tremendo que se produce ante la muerte.


Para terminar también he pensado en los perreros y rehaleros, y en tantos monteros a los que nos gusta sobremanera tirar de cuchillo en el lance más superlativo que nos ofrece nuestra montería española. Todos – o casi todos – matamos rápida y enérgicamente para evitar el sufrimiento del animal prendido por la jauría, pero a ninguno de estos personajes he oído quejarse por el vídeo de marras. ¿No será porque viven tales lances rodeados de sus perros y que estos resultan heridos o muertos a menudo? Ellos viven esa agonía tan a menudo que la encuentran normal aunque se les parta el alma ante cada tragedia sufrida por uno de sus auxiliares apuñalados en el cumplimiento de su deber. Le confesaré algo: Como uno ha hecho de todo en este mundo de la cacería y ha tenido rehala entrando a menudo a batir con ellos, he vivido en primera persona lo que mas arriba cito, y no puedo negar que he llorado en el monte abrazado a mi Turco o mi Campi, muertos en mis brazos, o mientas les lavaba las tripas con vino, sucias de tierra y hojas, antes de metérselas y malcoserlos en una primera cura. Les ponía penicilina y los llevaba a hombros al camión, de modo que nadie ose decirme que no se de lo que hablo. En mi zurrón aun son elementos imprescindible los avíos de remendar perros, ahora ajenos pero no por ello menos compañeros.


Si alguno de nuestros amables lectores está interesado, sepa que he publicado anécdotas e historias muy ilustrativas ocurridas a personas muy cercanas a mi en mi libro “40 años monteando narrados en primera persona” o en mi http://lolomialdea.blogspot.com.es/ (Varias entradas), una de las cuales, solo como ejemplo, es: http://lolomialdea.blogspot.com.es/2011/10/marchando-una-de-lobos.html, publicada primero en trofeo en octubre de 2011.
A mi me fascina este animal. ¿Y a ti?



                                         
                                                                                    Lolo Mialdea

                                                                                  Córdoba a 22 de abril de 2014

8 comentarios:

  1. Lolo, un placer leer tus reflexiones. No sé, por qué te aflijes. La historia, historia es y nada, ni nadie, puede arrinconarla o negarla. Un vídeo duro, sí, pero así es y el "puritano" que no quiera verlo, que no lo vea. A mí, hay cosas que no me gustan, pero si están dentro de la legalidad, me callo, respeto y punto pelota. El lobo, fué, es y será mi pasión. Y si, legalmente puedo abatirlo, qué problema hay. Una reflexión, cómo sigamos "bajándonos los pantalones", estamos en peligro de extinción. Una recomendación, el que tenga joyas de armas, que vaya vendiéndolas antes que no las quiten. Y por último, un gran artículo y, sin duda, como cordobés de bien, eres un Califa de la caza.

    Mi apoyo más incondicional, señor.

    Un fuerte abrazo, Lolo.

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    1. Por lo que a mi toca, ¡Que razón llevas!, y por lo de Califa....¡Tas pasao!, querido Juan

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  2. amigo con todo mis respetos , yo siempre e respetado, los comentarios de cada uno, y creo que así debe de ser sin duda, en este mudo y en los campos y montañas tiene que existir de todo antes lo había con todas sus consecuencias, con sus ventajas y desventajas , pero era una cadena de unos a otros, sin fallos si no toda una perfección, no son los lobos ni otros animales, los dañinos , si no la humanidad que a roto todo su ciclo , naturistas por meterse donde no debieran, cazadores por no respetar lo que debieran, ciudadanos con sus construcciones mal echas y en cualquier lado, carreteras mal construidas sin pesar en los animales ni sus pasos, y otras muchas cosas , culpables quien todos amigo, todos, luego ocurren estas cosas , pero el culpable mayor la humanidad
    entera sin duda amigo, y respeto mucho toda tu opinión sin duda amigo un
    abrazo compañero

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    1. Te respeto de todo corazón, anónimo, y comparto mucho de lo que dices. ¿A donde vamos? Miedo me da.

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  3. Lolo; es evidente la sensibilidad y consideración que tienes al tratar el tema. Y generosidad por exponerlo abierto a cualquier opinión.
    Por mi parte solo añadir lo siguiente:
    La supervivencia del lobo (como la de otras tantas especies), está estrictamente sujeta ahora a la sociedad actual, y nuestra sociedad occidental, con todo lo bueno que tiene, le falta mucho para estar a bien con la Naturaleza.
    El dominio de 'lo politicamente correcto' impide ver la realidad de la caza, y la juzga con gazmoñeria, mientras no se ven los enormes daños que se hacen al medio natural cada día. Casi nadie sabe o atiende hoy a la enorme devastación de los mares (eso si que es un problema gravísimo).
    Que un lobo o un lince puedan vivir hoy en Sierra Morena protegidos por la Ley es un avance indudable, y un merito que la Administración ha logrado por mandato de los ciudadanos (y herencia de las enseñanzas de Rodriguez de la Fuente).
    Pero las polemicas y conflictos por la convivencia entre ganaderos y lobos, es una prueba en miniatura pequeñísima de los retos globales que la raza humana tiene con su propio planeta.
    Un abrazo

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    1. Nada que añadir, Andrés. Lo has bordado. Un abrazo.

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  4. Miguel Ángel Búa3 de mayo de 2014, 16:51

    Bonito, cuidado y expuesto con respeto. Nunca llueve a gusto de todos, amigo mío, así que líate la manta a la cabeza y continúa que tu huella va quedando; y la prueba está clara: 13.464 visitas tras publicarlo en el Blog; donde unos habrán estado a favor y otros en contra pero, como muy acertadamente escribí -y en lo que me ratifico- en el Preámbulo de tu libro... a nadie has dejado indiferente.
    Un abrazo

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  5. Lolo, una gran reflexion. Sabemos lo que es la caza y todo lo que ello conlleva. Yo tambien soy perrero y como tu tambien he visto perros morir en los lances.
    es lo que hay, por mucho que los quieras y los aprecies.
    El que no se encuentra con ello no lo sabe. Sigue asi, y si en Catalunya hubiera lobos y se permitiera cazarlos, yo seria el primero en ir tras ellos.
    Un saludo

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